París es la ciudad de la luz. Su metro, uno de los más famosos del mundo. Algunas de sus estaciones, convertidas en espacios fantasma por haber sido abandonadas, volverán a utilizarse cuando se haga realidad esta propuesta definida por el estudio de arquitectura parisino Oxo Architectes, fundado por el arquitecto Manal Rachdi.
Su peculiar visión de la profesión, ocupada en desarrollar sistemas arquitectónicos que transforman la actual forma de investigación y análisis, le he permitido imaginar un mundo subterráneo de gran valor.
Se buscaba volver a dotar de vida a estos lugares sombríos, dejados y sin actividad alguna. Se trata de un proyecto a largo plazo, con el único fin de que la ciudad vuelva a ocupar estos espacios en la medida que los necesite. Queda abierta la posibilidad de convertir, por ejemplo, una de las estaciones en una piscina o un gimnasio, y compensar de esta manera la falta de instalaciones deportivas y de ocio en algunas áreas de la capital francesa. Un teatro para artistas, coreógrafos, bailarines… o un club nocturno para la fiesta sin molestar a los vecinos. Un jardín subterráneo para un paseo un día de lluvia en un entorno singular… o una galería de arte o un restaurante.